El riego por exudación o riego exudante es una metodología de riego basada en el riego de los cultivos mediante un tubo con poros a través de los cuales el agua sale de forma progresiva y continua. Los poros pueden estar distribuidos de diferentes formas, en torno a toda la superficie del tubo o únicamente en uno de sus lados.
Este sistema de riego tiene más de 2.000 años y está basado en el principio de capilaridad del agua. Gracias a una presión suficiente generada en el interior del tubo se consigue que el agua salga a la tierra por los poros y se logra que el caudal de la misma sea continuo y uniforme. De esta forma se pretende conseguir una mejor irrigación en las plantas y árboles.
El riego por exudación viene afectado por las diferencias de presión entre el interior de los tubos o mangueras y el suelo. Por esto, es de vital importancia comprender su funcionamiento en suelos secos y húmedos. En suelos secos existe una presión mayo en el interior del tubo respecto del entorno de regado, lo que provoca que el agua salga en mayor cantidad. Por el contrario, cuando nos encontramos en entornos húmedos, el caudal de agua es mucho menor ya que la diferencia entre la presión de los suelos y la del interior de los tubos es mucho menor.